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Sabemos que el ejercicio mejora alteraciones metabólicas asociadas a la obesidad (como resistencia a la insulina y/o inflamación) independientemente de que haya o no pérdida de peso. Sin embargo, la pérdida de grasa visceral (aquella interna que recubre nuestras vísceras) parece ser clave para que se produzcan mejoras sustanciales de dichas alteraciones. Por tanto, perder grasa visceral es clave para la mejora de la salud y para prevenir la aparición de enfermedades como diabetes, enfermedad cardiovascular o cáncer, independientemente que haya cambios o no en la masa grasa total del individuo.

El ejercicio disminuye la grasa total y la visceral, incluso sin producir pérdidas relevantes de peso, pero parece que tiene un mayor efecto lipolítico sobre la grasa visceral, ya que esta grasa tiene un mayor número de receptores β3 y una disminución de los receptores α2.
Así pues, la disminución de la grasa visceral que induce el ejercicio, es mayor que la que produce la dieta (aunque ambos son inseparablemente necesarios para crear un déficit calórico necesario) puesto que el mayor número de receptores β3 facilitan la lipólisis mediada por las catecolaminas. Esto se traduce en una menor probabilidad de que surjan alteraciones como un estado inflamatorio, de resistencia a la insulina, etc.

Y concretando un poco más, el entrenamiento de fuerza parece una de las mejores herramientas (seguramente la mejor) para reducir de forma efectiva los depósitos de grasa visceral, aunque también lo hace el ejercicio de resistencia (sobre todo de alta intensidad), siendo la concurrencia entre ambos seguramente la mejor opción, ya que las posibles interferencias no nos deben preocupar a la mayoría de la población (sujetos obesos y/o principantes o intermedios), y tan sólo es en atletas avanzados o de élite dónde la correcta planificación del mismo y/o posibles interferencias deberían quizás ser más estudiadas detenidamente.

 

 

¿Buscas formas de perder peso y reducir tu grasa visceral? Uno de los principales problemas de salud es la grasa visceral, que es la que se acumula alrededor de tus órganos abdominales. Este tipo de grasa es especialmente peligrosa porque se acumula alrededor de órganos vitales y puede provocar una serie de problemas de salud como enfermedades cardiacas y diabetes.

En este artículo, te explicaremos cómo puedes reducir tu grasa visceral. Discutiremos la diferencia entre grasa visceral y grasa subcutánea, los riesgos para la salud asociados a la grasa visceral y las formas en que puedes reducirla.

La grasa visceral es un tipo de grasa que se acumula alrededor de los órganos de la cavidad abdominal. No es lo mismo que la grasa subcutánea, que se encuentra justo debajo de la superficie de la piel. La grasa subcutánea es relativamente fácil de perder porque se encuentra en la capa más externa de la piel.

La grasa visceral también puede acumularse en las arterias y a veces se denomina «grasa activa», porque desempeña un papel activo en las funciones corporales. Por desgracia, tener demasiada grasa visceral puede ser peligroso para tu salud.

Riesgos para la salud asociados a la grasa visceral

La grasa visceral puede tener un gran impacto negativo en tu salud, ya que se acumula alrededor de órganos importantes como el hígado y el páncreas. También puede aumentar tu riesgo de desarrollar una serie de enfermedades, como diabetes, cardiopatías y accidentes cerebrovasculares.

Además, la grasa visceral se ha relacionado con un mayor riesgo de cáncer. Los estudios sugieren que las personas que tienen un alto nivel de grasa visceral tienen más probabilidades de desarrollar ciertos tipos de cáncer que las personas que tienen un nivel más bajo de grasa visceral.

Cómo reducir la grasa visceral

Si quieres reducir tu grasa visceral, puedes tomar varias medidas. He aquí algunas de las mejores formas de reducir la grasa visceral:

Comer de forma inteligente

Una dieta sana es una de las mejores formas de reducir la grasa visceral. Los estudios sugieren que comer más calcio y vitamina D puede ayudar a reducir la grasa visceral. Incorpora a tu dieta más verduras de hoja verde, como berzas y espinacas, así como tofu y sardinas. Comer pescados grasos como el salmón y la caballa también puede ayudar a reducir tu grasa visceral.

Ejercita regularmente

El ejercicio regular es una parte importante de la pérdida de peso y la reducción de la grasa visceral. Los ejercicios aeróbicos, como montar en bicicleta, correr y nadar, son excelentes formas de quemar grasa y reducir la grasa visceral. El entrenamiento de fuerza también es importante, ya que puede ayudarte a desarrollar y mantener la masa muscular, que es importante para tu salud general.

Reduce los carbohidratos

Los carbohidratos pueden ser beneficiosos para algunas personas, pero para otras pueden provocar un aumento de peso y de grasa visceral. Intenta reducir la cantidad de carbohidratos que comes, como pan, arroz, pasta, patatas fritas, galletas, caramelos y bebidas azucaradas. Limitar estos alimentos a sólo una o dos raciones al día te ayudará a reducir la grasa visceral.

Duerme lo suficiente

Dormir lo suficiente es esencial para tu salud y bienestar general, y también puede ayudarte a reducir la grasa visceral. Los estudios sugieren que las personas que no duermen lo suficiente tienden a tener niveles más altos de grasa visceral que las que descansan lo suficiente. Intenta dormir al menos entre siete y ocho horas cada noche.

La grasa visceral es un tipo de grasa que se acumula alrededor de los órganos del abdomen y puede provocar diversos problemas de salud. Para reducir la grasa visceral, intenta seguir una dieta sana y hacer ejercicio con regularidad. También debes reducir tu consumo de carbohidratos y asegurarte de dormir lo suficiente. Aplicar estos cambios puede ayudarte a reducir la grasa visceral y a llevar un estilo de vida más sano.